Reseña (1962) de Ricardo Doménech a «Tiempo de Silencio», de Luis Martín-Santos

Extraje de Luis Martín-Santos. Tiempo de Libertad (Galaxia Gutenberg, 2024) una de las primeras reseñas, si no la primera, escritas sobre Tiempo de silencio. En esta ocasión firmada por Ricardo Doménech:

«Acabamos de leer Tiempo de silencio (Colección Formentor. –Editorial Seix Barral.– Barcelona, 1962), una interesante novela de Luis Martín-Santos. Es la primera que su autor publica. Hasta ahora, Martín-Santos solo ha publicado trabajos relacionados con su profesión de médico psiquiatra; así, Dilthey, Jaspers y la comprensión del enfermo mental (1955).

Tiempo de silencio es una de las mejores novelas españolas que hemos leído en estos últimos años. Lo es, ante todo, por su densidad intelectual, por la verdad de la situación existencial e histórica que plantea –la situación del joven médico don Pedro, que tiene toda la categoría de un símbolo–. Lo es también por el valor representativo de sus personajes, arrancados de distintos estratos sociales, Tiempo de silencio es la novela de la frustración humana, de la enajenación del hombre por el medio. A lo largo y ancho de las páginas de esta novela, el autor no le interesa tanto mostrarnos un proceso novelístico, unos diálogos realistas, unos cuadros de costumbre. Lo que el autor pretende es mostrarnos una radiografía de la situación en sus últimas consecuencias. La realidad es así trascendida, y sólo se nos dará de ella aquello que resulte imprescindible para su comprensión. Martín-Santos no es un escritor realista en la medida en que no “copia” la realidad. Pero lo es en la medida en que trata de interpretarla.

A Luis Martín-Santos se le puede objetar –y la objeción sería en parte correcta– que no ha encontrado una fórmula novelística. Pero esto es precisamente lo que da a Tiempo de silencio una mayor frescura y lozanía, una mayor espontaneidad. Tiempo de silencio no tiene nada que ver –formalmente– con los patrones al uso por nuestra actual novelística. Sus fuentes vienen de Joyce, de Kafka, de Proust. En contra de todos los pronósticos, ha aparecido una gran novela –esta que comentamos– que está influida –y así lo reconoce explícitamente– por el Ulises. Recomendamos –obvio es decirlo– su lectura.»

Reseña de Ricardo Doménech publicada en “Triunfo” el 9 de junio de 1962. Volumen XVII, n.º 1: 85.