Cada clase cuenta

En el instituto donde voy a trabajar este curso parece que se han leído Cuadernística, de Cristóbal Polo. Y lo digo por el obsequio que hemos recibido todos los profesores en el primer claustro: un cuaderno personalizado con nuestro nombre y especialidad.

Hago referencia al libro de Cristóbal Polo porque en él, que va de cuadernos, podemos encontrar referencias y textos precisos, sugerentes y muy certeros, chulos, en definitiva, sobre lo que significa utilizar un cuaderno en el día a día. Textos a los que, ahora que comienza el curso, podríamos recurrir para dulcificar –cuando sea preciso– esos días y momentos duros, menos llevaderos y angostos que van a aparecer a lo largo de las jornadas y las semanas. Un cuaderno que nos invita, una vez abierto, a refugiarnos en él. Lo utilizaremos para anotar la fecha de un examen, el nombre de un alumno, la programación de una semana, o el contenido de una tutoría, pero que, además del típico y tópico uso, Cuadernística te descubre que un cuaderno podemos utilizarlo como un verdadero refugio donde la forma del deseo de estar con uno mismo se hace realidad: ahí eres y estás tú, tal y como eres. Y llega cierta paz, sin duda, porque descansas en él.

En realidad, un cuaderno no persigue otra cosa que crear un mundo donde descansar, para transformarnos. Un cuaderno, como el de Isaac Newton, hijo de analfabetos, que se hizo con el primero con doce años. Ya sabéis lo que sucedió después y qué alcanzó Isaac utilizándolo. Un cuaderno lo transformó, primero a él, y después a la Física. Se cuenta en Cuadernística, haceos con él.

Así que lo primero que voy a hacer aquí es darle las ¡gracias! al equipo directivo del IES Fuente de la Peña por su obsequio. Está empeñado en que nos transformemos. Así, y a su vez, transformaremos a nuestros alumnos. Porque ese obsequio, este cuaderno, es la mejor herramienta que existe para transformar a una persona. A mi edad, ni lo dudo. Si algún día me diese por contar los cambios que en mí ha provocado un cuaderno fliparían.

Y es que, además, el IES Fuente de la Peña ha elegido para este curso un lema que me fascina, no les engaño. Un enunciado que sintetiza lo que debería ser la primera y más importante tarea de cualquier profesor que se sienta comprometido con su profesión como docente, que es la enseñanza, la ilustración y la mejora personal de los alumnos que tiene enfrente y están a su cargo. Anoten: «Cada clase cuenta». ¿No es chulo y rotundo?

Como cada clase cuenta, en su doble significado, –y ya acabo–, no olvidemos esta magnífica cita que transcribo de Cuadernística:

Todo cuaderno debe tener un nombre. Porque cada cuaderno pertenece a un mundo y es un mundo. Y los mundos sin nombre son solo pantanos en el tiempo.
El cuadernista nombra sus cuadernos para que sus cuadernos regresen a él en el momento justo y le devuelvan un nombre y un mundo.
A lost thing looks for a lost name.

¡Feliz inicio y feliz curso 2025-26!

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